El consumo regular de probióticos se asocia con algunas ventajas terapéuticas que han sido atribuidas a la posibilidad de estabilización y recolonización de la flora intestinal. En concreto, se ha observado que su inclusión en la dieta supone:
Una buena herramienta en la prevención y tratamiento de diarreas, problemas frecuentes en algunas personas y que pueden perjudicar gravemente su situación nutricional, sobre todo en el caso de los niños.
Una ayuda frente a desórdenes intestinales como infecciones por Salmonella y Shigella, estreñimiento, colitis y flatulencia.
Protección frente a otros problemas de salud: hipercolesterolemia, enfermedad hepática inducida por alcohol, cáncer, vaginitis.
Una ayuda en la prevención de infecciones y en la recuperación de las mismas, ya que contribuyen a mejorar la respuesta inmunitaria.
También son útiles en personas con alergias a los alimentos y a otros tipos de alergenos.
Modo de empleo:
Se recomienda tomar 1 sobre al día disuelto en agua, lejos de las comidas.
Ingredientes:
Lactococcus lactis 1.000 millones
Lactobacillus acidophilus 2.000 millones
Lactobacillus casei 2.000 millones
Bifidobacterium bifidum 1.000 millones
Streptococcus termophilus 2.500 millones
Bifidobacterium longum 1.000 millones
Lactobacillus bulgaricus 500 millones
Oligofructosa (fructo-oligosacáridos) 4,01 mg